MIGUELITO...

Miguelito, es mi abuelo paterno, él siempre ha vivido en su mundo, siempre está feliz de la vida y le encanta comer de toodo. Su plato favorito sin duda es, La barbacoa, hace un mes que regresé de Rusia hizo un desayunito (supuestamente en mi honor) con una barbacoa que sólo él consigue, alguna vez mi primo Checo y su servilleta lo acompañamos en la aventura: Domingo seis de la mañana, creo que seguíamos ebrios, pasar por Miguelito y encaminarnos rumbo a Xochimilco a (literalmente) despertar a Hugo, quien era el hijo del dueño y que después de media hora salió para sacar del horno del suelo la barbacoa, impresionante.... en fin. Miguelito en su juventud, perteneció al club Pedal y Fibra en donde se desempeñó como buen ciclista de fondo, calificó para los Panamericanos y toda la cosa....

Cuenta la leyenda urbana, que todos los domingos tomaba a uno solo de los nietos, somos cinco, y lo llevaba a comprar su globo y lo traía cargando, en realidad no lo recuerdo, lo que sí recuerdo es que cuando mis papás salían de viaje por largas temporadas, Miguelito con su familia, se iban a la casa a cuidarnos, nunca, jamás nos regañó, siempre se ríe y juega con nosotros, siempre todos y cada uno de los días, se levantaba a las seis de la mañana y se salía a trabajar, los domingos, se iba a ver los partidos de las canchas que están cerca de la casa cosa que jamás he hecho yo que llevo viviendo toda la vida ahí

Una característica peculiar de mi abuelo es que cuando va caminando por el mundo va silbando y cuando llega a la casa chifla ese silbido familiar que nos caracteriza y que nos ha ayudado a encontrarnos y a identificarnos, el cual, dicho sea de paso, todos y cada uno de los integrantes de mi familia silbamos todas las veces que entramos a la casa.

Miguelito, se queda horas viendo las películas de sus tiempos, el futbol, (le va al Necaxa, y a Hugo Sánchez.... pobrecito... jeje) y se ataca de risa viendo las luchas, nunca fumó, jamás tomó, sólo tuvo una esposa, mi abuela Irenita, tiene un carácter envidiable, va por la vida sin problemas, sin pausa pero sin prisa, hace poco estuvo en el hospital, a mí no me avisaron porque estaba de viaje y al parecer no pasó a mayores, el sábado pasado lo volvía a ver, siempre con su sonrisa, siempre nos grita que pasó hijito, como estás, siempre bromeando con las tonterías del futbol y de Hugo Sánchez.

Esta vez al estar platicando con él le vi las manos, esas manos que según los expertos no mienten en cuanto a la edad, creo que tiene 89, ya está cansado pero siempre tiene esa chispa y alegría para nosotros, me gustaría estar algún día en el mundo Miguelito, yo lo quiero mucho .... aunque le vaya al Necaxa jeje. Ésta va por ti Miguelito....