sábado, septiembre 04, 2004

MEDIO MINUTO

El pasado jueves tuve mi primer visita oficial al oncólogo, sí mijitos, así como lo oyen, fui al oncólogo, porque hace como tres semanas noté que una pequeña protuberancia que tengo en el cuello se había inflamado, el punto es que tenía una bola muy extraña y de dimensión considerable en el cuello.

Después de todas las experiencias que he tenido a bien o a mal vivir en mi existencia, decidí hacer cita con el oncólogo para descartar cualquier probabilidad de Cáncer, un amigo tuvo algo similar así que me recomendó a uno de los mejores.

En fin.. llegué un poco tarde dado el tráfico de nuestra querida ciudad, cuando entré al consultorio ví como a 12 personas estaban esperando, la señorita me dijo que si era el Lic. Soreque, sí, señorita, muy bien, tome asiento por favor todos están esperando al doctor, yo (para variar) tenía examen al dia siguiente de Antropología Jurídica, se me había olvidado mi pluma, por lo que bajé al automóvil y recogí mi pluma para poder seguir estudiando,regresé y esperaba paciente mientras toda la banda entraba a la consulta, mientras llegarón dos mujeres (pacientes) que empezaron a interrogar a todo mundo, por lo que escuche un par de historias bastante shockeantes y aterradoras, después de escuchar las historias, la señora dijo que ella tenía cáncer de colon y que tenía un problema con sus plaquetas lo cual hacía la situacion mas delicada, pero bueno, que ya había repartido todo lo que tenía en vida y que estaba mas tranquila, sin embargo albergaba una esperanza de vida y por eso había ido a ver al Doctor Zinser.

Yo seguía estudiando pero cada vez tenía más distracciones escuchando las historias y empezando a sentirme un poco nervioso, según yo era una situación de rutina y seguramente el doctor me diría que no era nada y que me fuera a mi casa a descansar, pero que tal si no, que tal si se complicaba un poco, que tal que me revisaba y estaba más delicado que lo que pensaba (claro quien me conozca bien, sabe que una de mis especialidades es ponerme paranoico en los momentos indicados para ello).

Al fin llegó mi turno, dejé mis cuadernos y mi pluma y entré... el Doctor, alto, casi albino, me preguntó que que me pasaba, le expliqué y me dijo bueno siéntese, me revisó de arriba hacia abajo me interrogó acerca de antecedentes familiares etc. etc. al tocarme la bola en el cuello, se paró y escribió unas líneas en la hoja blanca en donde anotó mis datos, cuando acabó me le quedé viendo y me dijo siéntese, me lavo las manos y ahorita platicamos...

El Doctor, se salió y se tardó medio minuto, que a mí se me hizo como medio año, en ese medio minuto, pasó absolutamente de todo por mi cabeza, pero recordé todo lo que había vivido en cuanto a hospitales se refiere, y me acordé de lo importante que es estar o sentirse sano, que cuando estamos bien no valoramos nuestro estado y que es importante y válida la filosofía de vivir el día a día como si fuera el último, porque realmente puede ser el último, el punto es que es muy importante tener en cuenta que estamos de paso y que aunque todos lo sabemos y estamos supuestamente conscientes de ello, muchas veces damos tiempo de más para hacer lo que queremos o debemos confiando en que todavía tenemos muchísimo tiempo por delante, y claro todos lo queremos pero no lo sabemos.

El doctor regresó y me dijo que la bola tenía que ser vigilada y que si en dos semanas estaba igual era mejor que me la operara un cirujano oncólogo, porque tienen más experiencia.. en fin seguiremos informando

1 Comments:

Blogger DRAGON1976 said...

Ya sabes que estos doctores modernos son rápidos, me vio otro doctor, y me dijo que probablemente era un ganglio o gangleo (desconozco cual es la correcta)infartado que lo observara y cuando creciera fuera de nuez
gracias bro

5:04 p.m.  

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